Este es un escrito no de despedida, sino claramente de un “hasta luego”. Debo gran parte de lo que soy, como persona y como docente (lo bueno y lo malo también), en primer lugar, a mi familia, pero también al instituto Consaburum. Tras 16 años de docencia, enseñando lo único que sé, Ciencias Sociales, pongo en negrita lo de Ciencias (Historia, Geografía, Historia del Arte y un poquito de Cultura Clásica…), llega la hora de emprender un nuevo camino, y dar clases de lo que más me gusta en Toledo, en el IES María Pacheco (que curiosamente tiene un Proyecto de Patrimonio toledano).
Quiero recordar que cuando yo llegué a Consuegra (Toledo), la antigua Consabura carpetana y romana, como profesor interino allá por el 2004, yo no tenía ni la más mínima idea de que ese instituto se ubicaba en una de las grandes ciudades (civitates) de la Meseta Sur de Hispania.
Después llegaron los años de formación con el doctorado en la UNED de Madrid, el Proyecto de Innovación basado en el Patrimonio premiado por la Junta de Comunidades (2009) nos dio fuerzas para seguir trabajando, las inspiradoras Campañas de Los Bañales (Zaragoza), donde tuve la fortuna de conocer a un auténtico “Indiana moderno” – Javier Andreu – . Se me planteó la posibilidad de hacer cuatro campañas de excavación en Consabura, tanto en el Cerro Calderico, como en la presa, más una quinta en el circo romano.
Pero si hay algo, que me enorgullece de mi paso por Consuegra, es que mis alumnos me pidan consejo y opinión sobre “esa extraña pieza que se encontró su padre arando”, o aquella “piedra que me encontré en el camino de Santa María”. A lo que yo siempre les digo lo mismo, parafraseando a uno de mis ídolos de juventud, “eso debería estar en un museo” (Indiana Jones y La última cruzada, Steven Spielberg, 1989).
Uno de mis primeros artículos, fue escrito junto a Diego Rodríguez, se llamaba “Educación y Patrimonio” (2014), en el mismo, se hablaba de que la divulgación patrimonial debía partir de las aulas, el poner en valor determinados monumentos cercanos a nuestros alumnos, como la espectacular Presa Romana (de casi 700 metros de longitud), realizada en “hormigón romano”, pero que estaba en claro peligro de derrumbe, por la falta de protección de la Administración, en otras palabras, sencillamente no se aplicaba la ley de Patrimonio de Castilla-La Mancha (pese a que el monumento había sido declarado BIC). Nuestras denuncias, fueron escuchadas en la Junta, y se nos concedió una Orden de Investigación Arqueológica (2014[1]), que tuve la oportunidad de dirigir. Entre otras cosas, puso en valor ese monumento de la ingeniería romana, que a duras penas resistía, y permitió, en parte, su restauración en 2015, gracias a los planes de empleo solicitados por el Ayuntamiento.
[1] Proyecto Consabura: Ciudad y territorio (julio-septiembre de 2014), perteneciente a la Orden de Investigación Arqueológica financiada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el Excmo. Ayuntamiento de Consuegra. Posteriormente, las campañas fueron financiadas por el Ayuntamiento.
Estado de la Presa Romana en 2013. Las casas de labranza apoyan su muro de carga sobre la estructura. Rehabilitación del muro pantalla de la estructura en 2015.
Si entendemos el Patrimonio como algo vivo y propio, de todos, un gran signo de identidad del que deberíamos enorgullecernos (del latín patrimonium: “bienes heredados”), ¿por qué somos tan descuidados con el mismo? La clave está en llevar esta reflexión a las aulas, pero también fuera de ellas, revitalizar su conocimiento, divulgando el patrimonio cultural, para definitivamente conservarlo y protegerlo.
Charlas de divulgación patrimonial. Proyecto Consabura: Consuegra 2016. Alcalá de Henares 2019.
No sería justo que terminara este texto, sin mencionar a toda esa gente que me ha ayudado durante estos años, y sin los cuales nada se hubiera hecho:
En primer lugar, a los alumnos, que han participado siempre activamente en los talleres de Arqueología, Gymkanas históricas, ciclos de charlas, etc., que hemos planificado en cada campaña de excavación. Desde estas líneas, quisiera agradecerles las bonitas palabras que han tenido conmigo estos días; en segundo lugar, gracias a los compañeros del IES Consaburum y a su Equipo Directivo, que nos cedieron los laboratorios en los asfixiantes meses de julio-agosto, para los necesarios “trabajos de gabinete” con los materiales arqueológicos; al Excmo. Ayuntamiento de Consuegra (en particular a sus técnicos Felicia y José Luis, y a sus alcaldes: Benigno Casas y José Manuel Quijorna), y a los consaburenses que tanto valoran su Historia y tradiciones, entre los que destaco especialmente por su ayuda y generosidad a Gumersindo Quijorna, Francisco Domínguez, José García-Cano y a Pepe Merino, entre otros.
Trabajo con los alumnos al pie del yacimiento y en los laboratorios del IES Consaburum. Trabajos de informatización de materiales arqueológicos. Unidades STEAM Curso 2019/20.
El viejo aforismo latino de “el tiempo vuela”, ha acabado por imponerse, pero algo de nuestra pequeña labor, permanece en ellos para siempre (alumnos y conocidos…).
Gracias a tod@s por vuestra generosidad y comprensión.
- Nuestras publicaciones: https://independent.academia.edu/JuanFranciscoPalencia/Analytics/activity/documents
- PALENCIA GARCÍA, J.F. y RODRIGUEZ LÓPEZ-CANO, D. (2014): “Educación y Patrimonio.”, en Cuadernos de Historia 1., Excmo. Ayuntamiento de Consuegra. Centro de Estudios Francisco Domínguez Tendero, 17-28.
Museo Arqueológico Municipal de Consuegra.